Vendedor de autos

Un buen amigo mío me llama a preguntarme que si puedo acompañarlo a comprar un nuevo auto. Salimos de compras el viernes y nos ayuda que estoy embarazada. Los vendedores de inmediato piensan: "Esta pareja necesita un auto familiar". En el sexto almacén tenemos suerte. Encontramos un Peugeot muy bello y con el deseado techo corredizo. Empiezo a negociar el precio y la última propuesta le parece bien a mi amigo. "Pero —le dice al vendedor de autos— primero quiero discutirlo con mi esposa". Mira la cara de sorpresa del vendedor y haciéndole un gesto con la cabeza señalándome a mí le dice: "Ella no es mi esposa".

El vendedor, en un tono muy afable y lleno de comprensión, le responde: "Apreciado señor, a mí todo me parece muy bien".

INGE KLINKERT

Noche de travesura

Sábado en la mañana. Me asomo por la ventana desde el tercer piso mientras me cepillo los dientes. Abajo en la calle hay un hombre joven muy alegre que camina como si estuviera perdido. Mira hacia arriba a nuestro apartamento y luego al de la vecina. Retrocede un poco y sigue buscando intrigado.

5 minutos más tarde salimos a la calle y él sigue sin encontrar su camino. Chifla hacia arriba de vez en cuando. Una vecina nos dice sonriendo qué es lo que está pasando: "¿Saben ustedes por casualidad en dónde vive Esmé? Este joven salió de su casa a comprar cigarrillos y no se acuerda en qué apartamento vive ella".

Jannes Hartkamp

La verdad

En el tren lleno de Amsterdam a La Haya pasa un hare krishna por los pasillos preguntando ¿Quiere conocer la verdad? Tal parece que nadie que crea que la verdad es conocible crea también que es él quien la tiene: su maletín naranja lleno de libros permanece lleno.

De paso por mi fila le lanza la pregunta a mi vecino. Él responde: "Disculpe, no hablo holandés". El hare krishna no se arredra y le preguta en inglés: "¿Quiere leer este libro? ¡Tiene todas las respuestas!". Mi vecino, cercano a los treinta, duda un poco y le responde: "No lo necesito: uso Google".

ARNOLD JONK

Basura

La empresa de aseo de Amsterdam está de huelga desde hace una semana y la basura sobresale por todas partes. En casi todas las esquinas se acumulan montañas de basura, también al final de mi calle. El único acto de civilidad que parecen tener mis vecinos es botar la basura en el mismo lugar. Cada día crece más y más la montaña, a un ritmo de medio metro.

Desde ayer cuelga una pancarta en el árbol al lado de la montaña de basura: "Esto no es un basurero", dice en letras grandes y agresivas. Hoy me di cuenta que alguien añadió una nueva palabra debajo del texto. Con delicada caligrafía dice: "Magritte".

MARK VAN BAAL

Silencio

“Me voy”, dijo ella.
Empieza el amanecer y siento dolor de estómago. No por el vino sino porque de verdad se levanta y empieza a buscar su ropa. Hasta que aparece con el abrigo puesto ante la puerta de mi cuarto salgo de la cama.
“¿Qué haces hoy?”, le pregunto.
“U”, responde.
“¿Volveré a verte?”. Guarda silencio. Le digo que me gustaría mucho verla de nuevo. Aprieta los labios, me da un beso rápido y desaparece. ¿Se ríe? Si me estiro por la ventana puedo ver hacia la calle. Ella ya se ha ido. Aún desnudo y casi colgando por el muro me sonrío por primera vez en esa mañana. Veo conmovido que en la ventana de un auto ha escrito, con letras grandes, “SÍ”.

GERRIT JAN PULLES